Comentario
Lunes, 4 de febrero
Esta noche navegó al Leste cuarta del Nordeste; parte anduvo doce millas por hora y parte diez, y así andaría ciento treinta millas, que son treinta y dos leguas y media. Tuvo el cielo muy turbado y lluvioso y hizo algún frío, por lo cual diz que conocía que no había llegado a las islas de los Azores. Después del sol levantado, mudó el camino y fue al Leste. Anduvo en todo el día setenta y siete millas, que son diecinueve leguas y cuarta.
Martes, 5 de febrero
Esta noche navegó al Leste; andaría toda ella cincuenta y cuatro millas, que son catorce leguas menos media. El día corrió diez millas por hora, y así en once horas fueron ciento diez millas, que son veintisiete leguas y media. Vieron pardelas y unos palillos, que era señal que estaban cerca de tierra.
Miércoles, 6 de febrero
Navegó esta noche al Leste; andaría once millas por hora. En trece horas de la noche andaría ciento cuarenta y tres millas, que son treinta y cinco leguas y cuarta. Vieron muchas aves y pardelas. El día corrió catorce millas por hora, y así anduvo aquel día ciento cincuenta y cuatro millas que son treinta y ocho leguas y media; de manera que fueron, entre día y noche, setenta y cuatro leguas, poco más o menos. Vicente Yañez [halló] que hoy por la mañana le quedaba la isla de Flores al Norte y la de la Madera al Leste. Roldán dijo que la isla del Fayal o la de San Gregorio le quedaba al Nornordeste, y el Puerto Santo al Leste. Pareció mucha hierba.
Jueves, 7 de febrero
Navegó esta noche al Leste; andaría diez millas por hora, y así en trece horas ciento treinta millas, que son treinta y dos leguas y media. El día, ocho millas por hora, en once horas ochenta y ocho millas, que son veintidós leguas. En esta mañana, estaba el Almirante al Sur de la isla de Flores setenta y cinco leguas, y el piloto Pedro Alonso yendo al Norte pasaba entre la Tercera y la Santa María, y al Leste pasaba de barlovento de la isla de la Madera doce leguas de la parte del Norte. Vieron los marineros yerba de otra manera de la pasada, de la que hay mucha en las islas de los Azores. Después se vido de la pasada.
Viernes, 8 de febrero
Anduvo esta noche tres millas por hora al Leste por un rato y después caminó a la cuarta del Sueste. Anduvo toda la noche doce leguas. Salido el sol, hasta medio día corrió veintisiete millas; después hasta el sol puesto otras tantas, que son trece leguas al Sursueste.
Sábado, 9 de febrero
Un rato de esta noche andaría tres leguas al Sursueste; y después al Sur cuarta del Sueste; después al Nordeste hasta las diez horas del día otras cinco leguas, y después hasta la noche anduvo nueve leguas al Leste.
Domingo, 10 de febrero
Después del sol puesto, navegó al Leste toda la noche ciento treinta millas, que son 32 leguas y media. El sol salido, hasta la noche anduvo nueve millas por hora, y así anduvo en once horas noventa y nueve millas, que son veinticuatro leguas y media y una cuarta. En la carabela del Almirante carteaban y echaban punto Vicente Yáñez y los pilotos Sancho Ruiz y Pedro Alonso Niño y Rondán, y todos ellos pasaban mucho adelante de las islas de los Azores al Leste por sus cartas; y navegando al Norte, ninguno tomara la isla de Santa María, que es la ostrera de todas las de los Azores, antes serían delante con cinco leguas, y fueran en la comarca de la isla de la Madera o en el Puerto Santo. Pero el Almirante se hallaba muy desviado de su camino, hallándose mucho más atrás que ellos porque esta noche le quedaba la isla de Flores al Norte, y al Leste iba en demanda a Nafe en África, y pasaba a barlovento de la isla de la Madera de la parte del Norte leguas, así que ellos estaban más cerca de Castilla que el Almirante con ciento cincuenta leguas. Dice que mediante la gracia de Dios, desde que vean tierra se sabrá quién andaba más cierto. Dice aquí también que primero anduvo doscienta sesenta y tres leguas de la isla de Hierro a la venida que viese la primera hierba, etc.